El iFriday del pasado 27 de abril sirvió para reflexionar sobre el futuro laboral y sobre cómo afectarán las nuevas tecnologías a nuestro saber hacer actual
Desde la necesidad de renovarse continuamente para poder utilizar nuevas aplicaciones hasta las facilidades que éstas nos proporcionarán cada día en nuestro puesto de trabajo: el futuro de nuestro trabajo está ligado a las innovaciones tecnológicas y dependerá de nuestra capacidad de adaptación.
Las innovaciones tecnológicas son imparables, también en nuestro trabajo. Cada vez llegan antes y tenemos menos tiempo para adaptarnos a ellas. ¿Quedarán entonces nuestras capacidades obsoletas?
Es el planteamiento del que partía el último iFriday de Sacyr: El futuro del trabajo, que contó con las ponencias de Flor de Esteban e Idoia de Paz, socias de Deloitte con una amplia trayectoria en el mundo digital y de los recursos humanos, y con Manuel Corizas, de Asepeyo.
Entre otras innovaciones que estarán en nuestras vidas más pronto que tarde, las ponentes señalaron el aprendizaje de robots por refuerzo, el selfie 360º o los camiones autónomos.
En contra de los pronósticos más pesimistas, de Esteban y de Paz señalaron que la tecnología proporcionará más flexibilidad y potencia a los trabajadores, que a su vez tendrán una mayor responsabilidad sobre su propia formación y desarrollo. “Una formación que no tiene porqué venir de nuestro empleador”, puntualizaba Flor de Esteban y añadía que esta transformación no es solo tecnológica, sino también social y económica. Traerá cambios en nuestra forma de trabajar y en la propia forma que tenemos de entender el “trabajo”. Por ejemplo, desaparecerán las jornadas completas o el trabajo exclusivo para una sola empresa.
Por su parte, Manuel Cortizas habló del impacto más positivo de las nuevas tecnologías en el mundo laboral y también fuera de él. Muy relacionadas con la seguridad y la salud, las innovaciones tecnológicas están ayudando, entre otras cosas, a evitar lesiones en trabajos físicos o intoxicaciones en laboratorio.
Una de las máquinas en las que más se está investigando es en el exoesqueleto, una estructura externa al cuerpo que facilita los trabajos físicos. Los asistentes a la ponencia comprobaron la eficacia de uno de ellos, que puede llegar a aligerar la carga hasta un 40%. Además, también se está investigando su uso por parte de personas con discapacidad física.